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domingo, 29 de marzo de 2015

No quiero saber por qué las estrellas son especiales ...

No quiero saber!! No quiero saber cuál es el problema. No quiero saber tus razones. No quiero intentar adivinar por qué no te gustan los días soleados, ni porque odias aquel bonito atún, en vez de eso, quiero entender lo importante que es para ti, compartir ese fastidio conmigo, sabiendo que a pesar de no ser el mejor día, estamos ahí.
Tal vez en ese momento no sepamos donde está el camino ni cual es la dirección  pero... ¿cuando nos ha importado eso? que sepamos que el camino más difícil, es el más excitante de explorar, que vayamos disfrutando y intentando reconocer  donde están las señales del camino y si nos animamos, las seguiremos.
Quiero saber tus propósitos, tus miedos tus deseos, tus fantasías, quiero saber....  ¿Qué tal si me guías? .
Ya no quiero saber por qué las estrellas son especiales , tan sólo quiero saber cómo lograron enamorarte, cautivarte y dibujar esa sonrisa en tú cara.
No quiero saber  nada tan solo escucharte , aprender a reconocer tu silencio y si me dejas, amarlo.
Y sigo sin querer saber cual es el problema, en vez de eso, ¿me ayudas a ver la solución?

lunes, 16 de marzo de 2015

Sinfonía De Una Excitación

Sólo recordarlo mi cuerpo se enciende... 
Ese día llegaste a mi casa... Abrí la puerta, pasaste y te pedí un momento para terminar de ducharme.
Recuerdo ese momento en el que me tomaste por la espalda justo cuando estaba de pie, frente al espejo...
Te acercaste a mí sigilosamente, me envolviste en un abrazo besando mi cuello, jugando con tus manos en mi pecho y no me dejabas darme la vuelta. 
Mi cuerpo se erizó de placer del roce de tu boca, de tu tacto... Como pude me voltee a mirarte y me llevaste al sillón más cercano, quitaste mi blusa, sacaste mis pechos  y comenzaste a lamer. 
Me hiciste gemir con tus sabias manos y tus cálidos labios presos de mi piel... Me desabroché el pantalón y me subí en tus caderas. Como una posesa comencé a comerte a besos, a lamer todo tu cuerpo, a estremecerme del placer que me causabas.
Y tú mirándome gozar, escuchándome gemir y pedir más de ti.
En una pausa decidiste que gozaremos más lentamente , solo la luna era quien nos miraba.
Ella fue el testigo de lo que hicimos, de cómo tus caricias y las mías nos llevaron al cielo y al infierno alternativamente, de lo "cachonda" que me pones y de lo mucho que gozas conmigo ahí, así.
Una y otra vez hiciste temblar mi cuerpo y desbordarme de placer, esa lluvia que mis labios gozaban saboreándote, lamiendo lento todo tu delicioso ... 
Tocaba mi turno de hacerte sufrir un poquito, de llevarte a estallar de placer.
Jugamos un buen rato, alternando caricias, miradas,  besos Y, en cada una de tus embestidas, en cada grito de placer te entregué todo mi ser, mi mente, mi alma, mi cuerpo...
Cada uno de esos instantes fue decir "TE Quiero" y nada más.