LAS GAFAS MÁGICAS

Era 7 julio  y ese día desperté  con unas ganas imnesa de comerme el mundo ,  pero no de comermelo como otras veces ,  de hacer mil cosas y vivir mil experiencias no!!! Esta vez era diferente ....

Mi mente solo quería centrarse mi,  tan solo el hecho de poder ir caminando y sentir una enorme sensación  de orgullo de mi misma,  a pesar de tener mil problemas ,  preocupaciones en mi cabeza era algo pendiente en mi lista de metas.

Pues bien ese día me lo propuse me lo tomé tan enserio que cojí las llaves de casa y ..... claro está esas gafas que hoy me iban  a mostrar un nuevo mundo.

No son gafas de sol ni gafas graduadas ni nada de eso claro, ni siquiera llevaba gafas puesta pero mi mente las creo en su interior y abrí la puerta de casa..... y sí!!! Allí empeze a ver otro mundo deje a un lado todo lo que me parecía tóxico o me interrumpía en mi camino ,  comencé a caminar sin prisas no iba tan apresurada como cualquier otro día de mi vida al que siempre tenía que ir corriendo pensando que no llegaría a  tiempo para realizar mis quehaceres , no !! Ese día era para caminar sin presión sin estrés y así comencé.
Pasados unos 10 minutos empeze a visualizar  el paisaje que me envolvía, por el que habia pasado unas doscientas mil veces pero sin pararme a ver lo que me mostraba ese recorrido , ví detalles que jamás pensé que estuvieran ahí a 60 cm de mi.

Mis ojos  observaban con gran preción,  la que mi mente le dictaba.
Apreciar una despedida entre amigos, un beso de pareja, un juego entre hermanos , el abuelo que cuida de su nieto o ese perro que camina al lado de su dueño con tal de satisfacerlo, sí sí empeze a ver y apreciar la vida misma, los momentos que vemos como  algo normal, rutinario pero que sin embargo más anhelamos  y añoramos cuando algunos de los cuales falta.

Esos momentos son los que definen la vida misma ,  el sentírte lleno, completo querido de sentimientos, el sentir ese cosquilleo en la barriga una vez al día seria suficiente para poder decir hoy ha merecido la pena levantarme.

Después de ese 7 julio decidí que cada mañana por más obtaculos, barreras, límites, pensamientos, preocupaciones, contratiempos o como cada cual los quiera llamar,  yo decidí salir de mi casa con las gafas puestas y ver que merece la pena saltar de la cama ponerte en pie y salir a comerte el mundo.